Lecciones
01. Cuento de fallas
San José era carpintero. Su taller se llenaba de serrín y virutas. El Niño Jesús jugaba con los tirabuzones de madera que salían de la garlopa y caían al suelo; recogía los tacos cuadrados de madera y hacía figuras y hacía figuras como si se tratara de un mecano. Los otros niños acudían a jugar […]
02. El perro, amigo de todos
Un día, a un campesino se le escaparon un caballo y una vaca. El campesino se enfadó mucho, y entonces el perrito le dijo: -¡Se han ido por aquí!, ¡por aquí! El campesino gritó: -¡Cállate!, que los han robado. -No -dijo el perro-, mi olfato lo… ¡Ay! El amo le […]
03. El velero del Niño
En el oratorio de cierto colegio había una Virgen vestida con un manto ondulado añil (azul oscuro), que parecía un puñado de mar dorado por el sol del atardecer; a uno y otro lado del retablo se alargaban dos franjas azules, como si fueran dos brazos de mar, y el Niño Jesús, sentado en su […]
04. El talento de unos campesinos
Hace muchos años, muchísimos años, el diablo andaba suelto por los pueblos y por las ciudades, por los caminos y por los campos. En una ocasión estaban trabajando unos labradores en una huerta y se vieron sorprendidos por el diablo que llegó hasta ellos sin haberlo visto venir. Sin dar siquiera los buenos días dijo […]
05. Los algarrobos
Los algarrobos (árboles) no lloran, pero, a veces, se ponen tristes. Uno de ellos me lo contó un atardecer entre dos luces. En el plácido silencio que invade el colegio con la salida del último autobús, me fui a pasear en compañía de mis pensamientos, y al llegar al final de las gradas de […]
06. El principito
-Estoy aquí -dijo la voz- bajo el manzano… -¿Quién eres? -dijo el principito-. Eres muy guapo… -Soy un zorro -dijo el zorro. -Ven a jugar conmigo -le propuso el principito-. ¡Estoy tan triste…! -No puedo jugar contigo -dijo el zorro-. No hemos intimado aún… -¡Ah perdón -dijo el principito. […]
07. Estrella de los mares
¡Ah, los algarrobos! Antes de que el colegio El Vedat se inundara de algazara infantil, ya vivían en él, arrugados los los años, taladrados de oquedades. Como abuelos renacidos ahora por la bulla juvenil, ¡aún están aquí!, para alegrar, con sus alargadas castañuelas, y para cobijar, bajo sus frondosas ramas verdes, los esfuerzos, los […]
08. Rabicún
Los niños de Rabicún, al terminar sus clases por la tarde, solían ir a nadar al río si hacía buen tiempo o daban paseos por el bosque. Llegó el mes de noviembre, y los niños de Rabicún esperaban impacientes la llegada del día doce: era el cumpleaños de Julián, y habían reunidos entre todos […]
09. El coche rebelde
Dort y sus hermanos tenían juguetes. Se los traían casi siempre loa Reyes Magos. Cada uno tenía los suyos propios. Jugaban con ellos después de hacer los deberes y en los fines de semana. Los sacaban y los desparramaban por el cuarto, por el comedor y por el pasillo. Con tanto trajín de juguetes, se […]
10. Tarzán de goma
Iván Olsen estaba cansado de que le llamaran Tarzán de goma, porque él no era de goma. No era más que un niño normal que recibía demasiados golpes y al que siempre le echaban agua en los pantalones. Pero un día Iván Olsen se decidió a aprender algo. Tenía que haber algo […]
11. El semáforo
Por el centro de la avenida, los coches pasaban continuamente y se cruzaban en una y otra dirección. Dort esperaba en la acera con algunos hombres, mujeres y niños, agrupados junto al semáforo, para cruzarla. Tenía prisa y se estaba poniendo nervioso. El monigote, como un recortable pintado de rojo, que veía al otro lado, […]
12. Las ovejas y el lobo
Era un lobo muy malo. Una tarde corría por los montes. A lo lejos, en el valle, vio un rebaño de ovejas. El lobo, que estaba hambriento, decía: – ¡Qué gusto! Llevo tres días sin comer. Ahora voy a tragarme unas cuantas ovejitas. Al anochecer se acercó al rebaño. […]
13. La clueca
Dort fue con sus amigos a visitar una granja de pollos. Tenía varias naves. Lo primero que le enseñaron fue la incubadora artificial. En ella nacían los pollitos. De la incubadora los pasaban de nave en nave, según crecían. Cuando se hacen grandes, se venden para carne. Son los pollos que comemos. Dort y sus […]
14. El país de la pizarra
Moncho y Pelusa eran dos niños muy amigos de una Princesa que no sabía sumar, y van en su ayuda porque está castigada en la Ciudad de la Tabla de Multiplicar. La Ciudad de la Tabla de Multiplicar era una ciudad comercial. Las calles eran rectas y ordenadas, las casas altas, construidas de sólidos […]
15. Las moreras de la calle
Cada año, todos los niños de la calle de Dort sacaban la moda de jugar a gusanos de seda. Los compraban, los revendían y se los cambiaban entre ellos. Se pasaban horas, mirando sus lentas evoluciones entre las hojas de morera que les echaban para comer en la caja de cartón donde los guardaban. Varios […]
16. Una mala acción
Un muchacho volvía de la Escuela, que estaba algo distante de su casa, porque vivía en un pequeño molino de harina, junto al riachuelo del pueblo. Era un día muy caluroso del mes de junio y caminaba despacio buscando la sombra de los árboles. Cuando llegó a un huerto vio desde la puerta, […]
17. El paisaje
Era muy de mañana, y hacía frío. Una niebla densa envolvía el paisaje de la calle; ocultaba las farolas, y se enredaba en las copas de los árboles. Dort, bien arropado, salió de casa hacia la escuela. Las personas se cruzaban por la acera como bultos sin rostro pisando hojas caídas; las fachadas de las […]
18. El joven rey
Y se quedó dormido de nuevo y soñó, y éste era sus sueño: Creía encontrarse sobre la cubierta de una inmensa galera, movida a remo por cien esclavos. Sobre una alfombra, a su lado, estaba sentado el jefe de la galera. Era negro como el ébano, y llevaba un turbante de seda de carmesí. Grandes […]
19. El deber
Dort, aunque había terminado de merendar, seguía sentado delante del televisor viendo los dibujos animados. Estaba así, cuando se le presentó de improviso el duende Huel. Los duendes son unos seres misteriosos. Hacen cosas raras que no se pueden explicar. Andan siempre por las altas terrazas de las casas, por los palomares y entre […]
20. Una niña golosa
Una niña tenía la mala costumbre de curiosear, de tocar y coger todo lo que su mamá guardaba. Siempre que no la veía nadie registraba cajones, abría armarios y miraba estantes para ver qué encontraba. Era muy golosa y aprovechaba cuantos descuidos había en su casa para satisfacer su feo vicio. Un día le […]
21. La papelera
Solo Dort vio esta otra intervención del duende Huel. En un rincón del aula estaba la papelera. Los alumnos depositaban en ella los papeles que desechaban. Normalmente la clase se mantenía siempre limpia. Pero, como a los niños les gusta jugar con todo, descubrieron que la papelera podría servir de canasta de baloncesto. Con […]
22. La limosna
Iba yo pidiendo de puerta en puerta, por el camino de la aldea, cuan do tu carro de oro apareció a lo lejos, como un sueño magnífico. Y yo me preguntaba maravillado quién sería aquel Rey de reyes. Mis esperanzas volaron hasta el cielo, y pensé que mis días malos se habían acabado. Y […]
23. La campanilla
El maestro tenía sobre la mesa de la escuela una campanilla de plata. Era muy pequeña y de sonido agudo, pero suave y agradable. La tocaba para llamar la atención de los alumnos, cuando se ponían revoltosos. Ellos, al oír su dulce sonar, se quedaban quietos y absortos, mirando cómo la campanilla se agitaba en […]
24. Juguetes vivos
La pequeña María estaba muy cansada, pero no podía dormirse… No conseguía dejar de pensar en su Cascanueces… Pasó el tiempo y, de pronto, le pareció oír un ligero ruido. María se puso sus zapatillas, salió de su cuarto y entreabrió la puerta del salón. Todos los juguetes habían cobrado vida y […]
25. La llave
La puerta grande de la calle tenía una cerradura de complicado mecanismo. Su llave era grande. Tenía la empuñadura redonda, y el otro extremo del espárrago, hueco como un cañón, remataba con tres dientes curvados. El herrero que forjó cerradura y llave estaba orgulloso de su trabajo. Y la llave también estaba, por su afiligranada […]
26. La isla
Se pararon frente a un puesto de tiro al blanco, gritando, para que el hombre les dejara probar suerte- Perico se acordó entonces del dinero para el autobús, y se acercó al mostrador. Extendió la mano con sus monedas y al hombre le brillaron las gafas. Tomó una flecha y un arco y se la […]
27. Mi familia
Mi madre, cuenta Dort, aunque nos riñe a todos con frecuencia, siempre es muy dulce. Mi padre también es tierno aunque nos mire, a veces, con cara seria. Mi hermano mayor, en cambio, es un bruto: siempre nos está pegando a los otros hermanos. Pienso que lo hace por jugar, y a mí me […]
28. La burrita Non
«Corza» se mostraba intranquila y miraba hacia su hija: la presencia de los niños la encelaba. Un momento después la burrita recién nacida, con cómicos esfuerzos, se ponía de pie, se balanceaba como si fuese a caer, y se dirigía torpemente hacia su madre. La «Corza» se ladeó, y tras un instante, la nueva inquilina […]
29. La careta
En el país de la Murgañas hubo un murgañito al que sus amigos empezarlo a llamarlo Inmutable. Y es que era inmutable de verdad. Su rostro parecía sacado de un museo de cera. Hiciera lo que hiciera, oyera lo que oyera, dijera lo que dijera, jamás se notaba en su cara el más leve movimiento […]
30. El caballo mágico
Hubo en tiempos remotos un rey entre los reyes de los persas que se llamaba Sabur, y era u rey poderoso que tenía tres hijas, semejantes a tres resplandecientes lunas llenas o a tres jardines floridos. Este rey celebraba dos fiestas anuales, la de Año Nuevo y la de Migrgán (equinocio de otoño), y en […]
31. Los pinos en busca de luz
En los bosques del país de las Murgañas, los pinos viejos abren las ramas de par en par, dándose la mano unos a otros, para abrazar juntos al sol. Lo buscan como a su propia vida, o es que, tal vez, la vida de los pinos sea buscar el sol. Por eso, quizás, se […]
32. El león cobarde
El pequeño Totó, ahora que tenía que hacer frente a un enemigo, corrió ladrando hacia el León. La enorme bestia abrió la boca para morder al perro, y entonces Dorothy, temiendo por la vida de Totó y olvidándose del peligro, fue hacia él y abofeteó al León en la nariz tan fuerte como pudo, mientras […]
33. Las vocales
Las letras vocales saben que, si no están ellas presentes, es imposible leer lo que se escribe. Y las cinco hablaron entre sí en el país de las Murgas; se pusieron de acuerdo, y, para vengarse del poco interés que ponía al escribir el murgañito Edu, empezaron a hacerle travesuras. Esa letra pequeña y […]
34. La tienda
¡Eh, chicos! -nos dijo Joaquín, al salir de la escuela-. ¿Y si mañana fuéramos de «camping»? – ¿Qué eso de «camping»? -preguntó Clotario, con el que nos moríamos de risa, porque nunca sabe nada de nada. – ¿El «camping»? ¡Es un fenómeno! -le explicó Joaquín-. Fui el domingo pasado con mis padres y unos […]
35. El rincón de los castigos
– ¡Dort, a la pared! -dijo el maestro, interrumpiendo la explicación que estaba dando a los alumnos. Dort se había levantado de su sitio para quitar bruscamente una goma de borrar a un compañero que antes le había quitado a él la regla. Le vinieron ganas de protestar al maestro, pero se calló […]
36. La historia del conejito Tawots
Esta es la historia de un conejo, que contó un piel roja a un muchacho que vivía cerca de un poblado indio. «Tawots» es el nombre indio del conejo. Hace muchísimos años, Tawots no era pequeño como ahora, sino al contrario, era el animal más grande de todos los animales de cuatro patas, […]
37. El autobús escolar
Dort, con su cara redonda envuelta en precauciones maternales, acudió como los demás niños, a la hora de todos los días, a su cita con el autobús escolar. Aquella mañana, las nubes se habían mezclado con la noche y retardaron el amanecer. El cielo estaba negro. Todo era oscuridad, con convulsiones de relámpagos y truenos. […]
38. Los animales eligiendo rey
Fenelón fue un escritor francés de mucha fama. Ya sabéis que los animales no han hablado jamás, pero los poetas y los escritores los personifican y los presentan como si fuesen seres que razonasen. Dice que había muerto el león único que hubo en un gran bosque. Todos los animales, en cuanto supieron […]
39. En busca de la luna
La luna, sobre todo la luna llena, ejercía una verdadera fascinación sobre Colás. Cuando emergía completamente redonda y pálida por detrás de las altas colinas que dominaban la ciudad, Colás sentía una llamada irresistible hacia ella. Su obsesión era ir a cogerla, para regalarla a su sobrinillo, el hijo mayor de su hermana, que, […]
40. El pozo
En el país de las Murgas, había un trocito de campo seco, muy seco, que quería ser jardín. La tierra era buena, el clima favorable y no le faltaba el sol. Podía ser jardín y quería serlo. Sólo le faltaba el agua. No muy lejos de este pañito de tierra reseca, había un pozo; […]