MARCELINO, PAN Y VINO
No siempre era cruel Marcelino con los animales.
Más de una vez había ayudado al viejo «Mochito» a cazar ratones.
«Mochito» era el gato del convento, ya casi medio ciego y a falta de una oreja que perdió cuando joven en terrible batalla con un perro.
-No, hombre, por ahí no- le decía Marcelino a «Mochito» cuando andaban juntos de cacería.
Bien valiéndose de palos o de piedras para tapar los agujeros, Marcelino era una valiosa ayuda para «Mochito».
José María Sánchez Silva