Lección de 4º y 5º Mandamientos

Duración: 10 minutos

El cuarto mandamiento

    El cuarto mandamiento es: Honrarás a tu padre y a tu madre.

   Los padres nos quieren mucho y nosotros debemos corresponder con amor, respeto y obediencia.

   Amamos a los padres cuando les damos satisfacciones y alegrías. Sería una falta de respeto el despreciarlos, insultarlos u ofenderles de cualquier modo y avergonzarse de ellos. Hay que obedecerles con prontitud y amor. Para vivir todo esto nos podemos fijar en Jesús y cómo amó y obedeció a la Virgen María y a San José.

   También debemos honrar a los mayores en edad, dignidad y gobierno, como los abuelos, profesores y otras autoridades.

   Por su parte, los padres han de amar, sustentar y educar cristianamente a los hijos. Los esposos han de amarse, ayudarse y guardarse fidelidad.

El quinto mandamiento

    El quinto mandamiento es: No matar. La vida es un don de Dios que hemos recibido a través de nuestros padres. No somos dueños de la vida sino administradores. Debemos respetarla y cuidarla desde el comienzo hasta el fin.

   El hombre tiene el deber de conservar su vida del cuerpo, procurando su perfeccionamiento con el alimento adecuado, la limpieza y el deporte. Se oponen a este deber el suicidio (quitarse uno voluntariamente la vida), la mutilación de algún miembro, la eutanasia (acortar la vida para rehuir el dolor), la gula, la embriaguez y el tomar drogas.

   Los deberes para con los demás son el respeto a la vida ajena, estando prohibido el homicidio (matar a otra persona) y el aborto (matar a un hijo en el vientre de la madre).

   Este mandamiento manda querer bien a todos y perdonar a nuestros enemigos. También prohíbe el odio, la envidia, las riñas, peleas y desear el mal al prójimo.

   El escándalo es toda palabra, obra u omisión que incita a otros a pecar.

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