Lección de 7º y 10º Mandamientos

El séptimo mandamiento

    El séptimo mandamiento de la Ley de Dios es: no robarás o hurtarás.

   Este mandamiento prohíbe robar o quitar injustamente los bienes ajenos y retenerlos cuando sabemos que no nos pertenecen. También prohíbe causar daño al prójimo en sus bienes, por ejemplo, en sus casas, en sus libros, cuadernos y demás cosas.

Tampoco se puede colaborar con otros en los robos o daños al prójimo. Además, cuando se roba, se debe devolver cuanto antes lo robado y reparar de igual modo los daños causados.

   Este mandamiento nos ordena la práctica de la justicia respecto a los bienes materiales de nuestros prójimos, dando a cada uno lo que le pertenece.

El décimo mandamiento

   El décimo mandamiento de la Ley de Dios es: No codiciarás los bienes ajenos. No los desearás.

   Dios quiere que nos conformemos con lo que somos y lo que tenemos. Todos no somos iguales: unos son más altos y otros más bajos; unos tienen muchas cosas y otros tienen menos. Pero no hemos de tener avaricia o ambición de tener más y más cosas o caprichos innecesarios o desear para nosotros todo lo mejor.

   Este mandamiento nos prohíbe el deseo desordenado de riquezas y la envidia de los bienes de los otros. La envidia consiste en ponernos tristes por no tener lo que tienen otros.


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