Lección de Aprender a hacer oración

«¡Señor, enséñanos a orar!» (Lucas 11,1), dijeron un día los Apóstoles a Jesús. Y les enseñó el Padrenuestro. A nosotros nos pasa lo mismo, y muchas veces sentimos ganas de decírselo: ¡Jesús, enséñame a orar!, y es que, aquí como en todo, es necesario aprender. Normalmente, el cristiano aprende a rezar en la familia, que es «la Iglesia doméstica»; desde muy pequeños, se enseñan a los hijos las primeras oraciones con las que se dirigen a Dios, a Jesús a la Virgen, a los ángeles y a los santos. Son oraciones sencillas y entrañables que se conservan y transmiten de padres a hijos. Esto que se vive en la familia, se vive particularmente en la Iglesia, que es «comunidad de oración»; si vivimos como buenos hijos, esta buena madre que es la Iglesia nos enseñará a hacer oración y nos ayudará para que consigamos ser almas de oración.

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