Un lepero entra en una librería y le pregunta al librero:
-¿Tiene usted algo de Hemingway?
-Sí, “El viejo y el mar”.
-Hum… deme “El mar”.
Un helicóptero se ha estrellado en el cementerio de Lepe… La policía local informa que se han encontrado varios miles de cuerpos.
Un lepero toma un avión y pasa una azafata repartiendo chicles.
-Oiga, y esto ¿para qué sirve?
-Para que no tengan molestias en los oídos al cambiar de presión.
Todo va bien, y, cuando han aterrizado, el lepero dice a la azafata:
-Oiga, es que esta es la primera vez que vuelo. ¿cómo me puedo quitar ahora el chicle de las orejas?
¿Por qué en Lepe no tienen leche fresca?
-Porque no les cabe la vaca en la nevera.
Un matrimonio de leperos va al médico, que le receta unos supositorios a la mujer. Al salir, se ponen a hablar entre ellos.
-Oye, Mariano, ¿Qué es un supositorio?
-Pues la verdad es que no lo sé.
-Y entonces, ¿cómo los voy a usar?
-Pues no sé. ;ira, lo mejor es que entremos otra vez y se lo preguntemos al médico, que debe saberlo.
-No, hombre, no, que se va a enfadar.
-¡Qué se va a enfadar! Anda, mujer, no seas tímida.
Total que vuelven a entrar y la mujer le pregunta al médico:
-Esto… ¿nos podría decir cómo se usan los supositorios?
-Sí, claro. Tiene que sacarlos del envoltorio, con un poco de cuidado para que no se rompan, y meérselos por el culo.
-¡Ves, Mariano! Ya te dije que se iba a cabrear.
Un lepero va al hospital a ver a un amigo suyo que está medio muerto.
-Oye, ¿qué te ha pasado?
-Pues mira, que se me ocurrió aprende a pilotar un helicóptero.
-Pero si habías aprobado todos los exámenes…
-Ya, pero es que verás. Llegó el día de mi primer vuelo y despegué sin problemas. Me pongo a 300 metros de altura y me pongo a ver el paisaje, y la gente del tamaño de hormigas, y tal. Subo hasta tres kilómetros, y de verdad que era algo increíble. Entonces ascendí hasta los seis kilómetros de altura, y como empezaba a hacer frío, apagué el ventilador ese gordo que hay en el techo de la cabina, y entonces…