-Mamá, mamá, el termómetro ha bajado.
-¿Cuánto, hijo?
-Dos metros; es que se ha caído al suelo y se ha hecho añicos.
-Mamá, mamá, me he tragado la aguja del tocadiscos, iscos, iscos, iscos…
-Mamá, mamá, en el cole me llaman cabezón.
-¿Y tú qué les dices, hijo?
-Yo les persigo.
-¿Y los coges?
-¿Cómo? ¡Si se meten por callejones estrechos!
-Mamá, mamá, en el cole me llaman mentiroso.
-¡Cállate, hijo, si tú no vas al cole!
-Mamá, mamá, en el cole me llaman despistado.
-¡Anda, niño, vete pa tu casa!
-Mamá, mamá, en el colegio me llaman egoísta.
-¡Pues diles que caca pa’ ellos!
-¡No, pa’ mí, pa’ mí!
Era un niño que estaba montando en bici e iba gritando:
-¡Mamá, mamá, sin manos! ¡Mamá, sin pies! ¡Mamá, sin dientes!
-¡Mamá, mamá, el plátano está blando!
-¡Pues dile que se calle!