
En una ocasión había muchas personas reunidas en una casa y pasó por aquel lugar un conocido de la familia y preguntó:
-¿Qué pasa?… ¿Ha muerto alguien?
-Sí, mi burro ha matado a mi suegra de una coz.
-¿Y toda esa gente conocía a tu suegra?
-No… ¡han venido a comprar el burro!
La esposa comenta al marido:
-¿Sabes, Julio, que el reloj de pared se ha caído y por un segundo casi le rompe la cabeza a mamá?
-¡Siempre te he dicho que ese reloj atrasa!
Madre hay una sola. Suegras también… pero parecen más.
-¿Oye, pero a ti no te cae mal tu suegra?
-Sí.
-Y entonces, ¿por qué llevas su foto en la petillera?
-Es que estoy intentando dejar de fumar.
-Pepe, te veo preocupado.
-Es que por poco atropello a mi suegra.
-¿Te han fallado los frenos?
-No, el acelerador.
-Suegra, ¿cree en la reencarnación?
-Pues claro que sí.
-Y dígame, si usted se muere, ¿en qué animal le gustaría reencarnarse?
-Pues a mí siempre me han gustado las serpientes.
-¡No vale repetir, no vale repetir!
Aparece un paciente con un ataque de nervios y pide ver a su psiquiatra y le dice:
-Doctor, llevo más de un mes soñando que mi suegra viene a comerme montada en un cocodrilo.
-¿Sí? -contesta el psiquiatra.
-Sí, doctor… ojos amarillos, piel escamosa, dientes afilados…
-Pero, hombre, ¡¡¡qué terrible!!! -dice el psiquiatra.
A lo que el hombre contesta:
-¡¡¡Y espere, ahora, que le describa cómo es el cocodrilo!!!