
Las substancias tomadas del suelo por la raíz (agua y sales minerales) forman la savia bruta, que se eleva desde las raíces hasta las hojas a través del tallo.
Las hojas son las encargadas de transformar la savia bruta en savia elaborada más pobre en agua y más rica en substancias nutritivas por efecto de la función clorofílica. La savia elaborada desciende hasta la raíz para alimentar a la planta.