La vida comenzó hace unos 13.500 millones de años, aunque no sabemos ni dónde, ni cuándo, ni cómo. Por lo menos podemos encontrar restos en rocas, que tienen gran cantidad de material, con un contenido abundante de carbono, que tienen que ser restos de seres vivientes. Solamente los microbios ocuparon toda la vida en la Tierra, durante los primeros 1.000 millones de años de vida en los que solamente hay microbios. De modo que si uno llegase de otro planeta a mirar a la Tierra con un telescopio muy potente, no vería vida. Y esos microbios eran de un tipo que, al principio, no soportaban el oxígeno. Para ellos el oxígeno era un veneno. Son los que llamamos seres vivientes anaeróbicos, que no toleran el aire.
Entonces, ¿cómo vivían? No había plantas, solamente podían vivir de algunos materiales que se pueden producir espontáneamente en la atmósfera, tal vez por la luz del Sol, por la acción del rayo. Todo eso iba cayendo a un océano donde proliferaban estos microbios. Incluso ya han encontrado en años recientes, como fuentes termales en el fondo del océano, donde hay grietas volcánicas y allí sale agua a temperatura muy elevada. Y en ese ambiente donde no hay luz del Sol, donde no hay oxígeno, hay vida, que se basa precisamente en reacciones entre los materiales gaseosos que emiten esas grietas volcánicas y el agua del mar.
Todo esto duró centenares de millones de años, tal vez mil millones y la vida parecía que no daba más de sí.