
Para hacer una buena confesión son necesarias cinco cosas:
– Examen de conciencia: recordar los pecados que hemos cometido desde la última confesión bien hecha, para poderlos decir al sacerdote que nos confiesa.
– Dolor de los pecados: tener pena en el alma por haber ofendido a Dios y pedirle perdón.
– Propósito de enmienda: estar dispuesto a esforzarnos para no cometer más esos pecados.
– Decir los pecados al confesor: decir claramente al sacerdote los pecados que hemos recordado en el examen.
– Cumplir la penitencia: hace lo que el sacerdote nos mande, como una oración, un sacrificio, una limosna…
EXAMEN DE CONCIENCIA
Consiste en recordar los pecados mortales y veniales cometidos desde la última confesión bien hecha. Se pueden repasar los mandamientos de la Ley de Dios, de la Iglesia, los deberes en el estudio o el trabajo y las obligaciones del propio estado. En cuando a los pecados mortales, hay que decir el número y las circunstancias.