Lección de Conozco mis posibilidades 2

Conviene preguntarse con cierta frecuencia y buscando la objetividad: ¿cómo es mi carácter? Porque es sorprendente lo beneficiados que resultamos en los juicios que hacen nuestros propios ojos. Casi siempre somos absueltos en el tribunal de nuestro propio corazón, aplicando la ley de nuestros puntos de vista, dejando la exigencia para los demás. Incluso en los errores más evidentes encontramos siempre multitud de atenuantes, de eximentes, de disculpas, de justificaciones.

   -Si somos así, ¿cómo podremos mejorar si parecemos ciegos para nuestros defectos?

   Mejoraremos procurando conocernos. Mejoraremos escuchando de buen grado la crítica constructiva que nos vayan haciendo con cualquier ocasión. Pero a eso se aprende sólo cuando uno es capaz de decirse a sí mismo las cosas, cuando es capaz de «cantarle las cuarenta» a uno mismo.

   Procura conocer cuáles son tus defectos dominantes.

Volver a: Conócete a ti mismo