Lección de De nacionalidades 3

La imagen tiene un atributo ALT vacío; su nombre de archivo es image-22.jpeg
Duración: 10 minutos

Dos finlandeses deciden echarse una cerveza; abren las botellas y uno dice:

-¡Salud!

-Pero, bueno, ¿a qué estamos, a beber o a charlar?

Dos rusos están un día haciendo cola para comprar vodka, cuando uno de ellos se harta y dice:

-Estoy hasta las narices de que todos los días pase lo mismo: cinco horas de cola para que luego nos digan que se ha acabado. Hay que hacer algo. Ahora mismo voy y mato a Putin.

El tío se va, pero vuelve de nuevo al cabo de un rato y su amigo le pregunta:

-Oye, ¿y por qué has vuelto a la cola para el vodka?

-Es que la cola para matar a Putin era más larga.

Esto es Castro y su hermano que están sobrevolando La Habana en helicóptero, y entonces va Fidel y dice: “Voy a tirar un billete de veinte pesos al aire y así haré feliz a un cubano”. Entonces su hermano le contesta: “Y por qué  no tiras dos billetes de diez pesos, y así harás felices a dos cubanos?”. “Pues es una buena idea. Pero se me ha ocurrido una todavía mejor; voy a tirar cuatro billetes de cinco pesos y así haré feliz a cuatro cubanos”. Total, que el piloto del helicóptero se harta, se da la vuelta y les dice:

-¿Por qué no hacen felices a varios millones de cubanos y se tiran ustedes?

Hablando con un emigrante soviético:

-Oye, y ¿cómo se vivía en la Unión Soviética?

-Hombre, no me podía quejar…

-¿Y la economía?

-Pues mira, no nos podíamos quejar…

-¿Y se bebe mucho?

-Bueno, no te puedes quejar…

-Joer, entonces ¿por qué te fuiste de la Unión Soviética?

-¡Caray!, pues porque no me podía quejar.

Hitler va a uno de los campos de concentración nazi y se queda tan impresionado que empieza a tener unas terribles pesadillas. Al cabo de unas cuantas noches decide ir a consultar con una de sus astrólogas. La astróloga empieza a hacerle preguntas, y Hitler le cuenta lo que ha visto; al final, la astróloga le dice:

-Pues mira, Adolfo, no puedo decirte qué es lo que significan estas pesadillas, pero lo que sí puedo decirte es que morirás en una fiesta judía.

-¡Ajá!… ¿y qué fiesta será esa?

-No lo sé, pero el día que mueras será una fiesta judía…

Lenin está muriendo y llama a Stalin.

-Stalin, estoy preocupado por el futuro de nuestro pueblo. ¿Crees que te seguirán como su líder?

-Sí, Lenin, no lo dudes por un momento.

-Ya, bueno… pero ¿y si no te siguen?

-Entonces te seguirán a ti, hombre, no hay problema.

Parece ser que en China cuentan chistes de Li Peng como los que contábamos nosotros en España del ministro Morán. Se dice que, cuando fue a la Unión Soviética a estudiar ingeniería, le enseñaron que en la calle los coches circulan por el carril de la derecha, y él contestó:

-¿Y el lado izquierdo no se usa?

Un domingo por la mañana, en una iglesia de Inglaterra, el cura hace la colecta y ve tres monedas de un penique entre los billetes, así que dice:

-Hombre, hoy está entre nosotros un escocés.

Al fondo de la iglesia se oye tímidamente:

-¿Oye, le decimos que somos tres?

Un grupo de suizos se van a cazar, y al cabo de un  rato, dos de ellos se separan del resto y se pierden. Tras unas cuantas horas:

-Mira, ¿qué te parece si disparamos, a ver si nos oyen?

-Jo, tío, qué buena idea. Venga, disparo yo.

Al cabo de una hora:

-Pues no creo que nos hayan oído, ¿por qué no vuelves a disparar?

-Bueno…

Al anochecer:

-Oye, ¿por qué no disparas otra vez?

-No puedo, se me han acabado las flechas.

Volver a: Chistes para todos los gustos