
Ya fueron analizadas las siguientes fases del ciclo docente:
a) planeamiento;
b) motivación e incentivación del aprendizaje.
c) presentación de la asignatura en clase.
Después de la fase de presentación de la materia a los alumnos, sigue la de la dirección de actividades del alumnado. Es la fase más esencial y provechosa de todo el proceso didáctico; en ella, el profesor lleva a sus alumnos, dueños ya de la comprensión inicial adquirida en la fase anterior, a manejar directamente los datos de la materia en trabajos y actividades concretas, teniendo ante su vista metas definidas de asimilación y de dominio.
A esta altura del proceso el profesor necesita adoptar nuevas tácticas de acción didáctica. Organizará entonces un programa de trabajos prácticos o de aplicación; mediante los cuales los alumnos serán llevados a manipular, descomponer, recomponer, comparar, discriminar, analizar, relacionar y reinterpretar los datos que ya conocen por la presentación inicial.
Modalidades de actividad del alumnado.
Los trabajos prácticos o de aplicación admiten las más variadas modalidades, según la asignatura o materia estudiada: análisis, traducciones, versiones, dictados, composiciones; resúmenes, informes, debates, conversaciones; confección de cuadros, tablas, mapas, gráficos, modelos, trabajos de ampliación o reducción, transcripciones; organización de series de preguntas o listas de problemas; compilación de material bibliográfico y observaciones locales; colecciones de álbumes ilustrados; realización de proyectos, ya ideados por los alumnos, ya sugeridos por el profesor; experiencias y análisis en laboratorios; registro escrito de esas experiencias y observaciones, etc.
Este lista es sólo ilustrativa, no exhaustiva. La imaginación y la inventiva de cada profesor podrán sugerirle otros innumerables tipos de actividades de alumnos relacionadas con su asignatura, sin huir de los criterios fundamentales de la racionalización: economía, rapidez, eficacia y productividad.
Es considerable, por tanto, la variedad de trabajos a que el profesor puede llevar a sus alumnos en esta fase, para conseguir la deseada asimilación de lo que están aprendiendo.
Técnica de dirección de las actividades de los alumnos. Estas deben ser:
1. Proyectadas y organizadas por el profesor, teniendo en cuenta:
a) los objetivos inmediatos prefijados en el plan general del curso;
b) el tiempo necesario y disponible para conseguir esos objetivos.
c) el material bibliográfico y los medios auxiliares disponibles en la escuela;
d) el grado progresivo de complejidad de los automatismos o de los elementos ideativos que los alumnos habrán de dominar;
e) el nivel de dificultad que los alumnos encontrarán probablemente en la asimilación de esos elementos ideativos o en la adquisición de esos automatismos.
2. Dirigidas o coordinadas por el profesor
3. Controladas y verificadas personalmente por el maestro, mediante:
a) análisis de las tareas realizadas por los alumnos, su corrección y sugestiones para mejorarlas;
b) valoración, por lo menos cualitativa, de las tareas empleando criterios uniformes y objetivos y reconociendo el esfuerzo realizado;
c) comunicaciones o informes periódicos a los alumnos sobre resultados obtenidos por ellos.
Luis Alves Mattos. Compendio de didáctica general (adaptación)
Con la autorización de Editorial Kapelusz.