El Bautismo es el sacramento que borra el pecado original y los pecados personales, haciéndonos cristianos, hijos de Dios y miembros de la Iglesia.
Si una persona desea bautizarse pero muere por el martirio, en lugar del Bautismo de agua recibe el llamado Bautismo de sangre.
Todos nacemos con el pecado heredado de nuestros primeros padres y, por tanto, sin la gracia. Pero Cristo nos libró con su muerte y resurrección. Su muerte nos limpia del pecado. El Bautismo es el sacramento que aplica a cada bautizado los frutos de la Redención.
– La materia del Bautismo es el agua natural, que simboliza la purificación del alma.
– La forma consiste es estas palabras: «Yo te bautizo en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo» y se pronuncian mientras se derrama el agua sobre la cabeza del que se bautiza.
– El ministro ordinario es el obispo, el presbítero y el diácono. Pero en caso de necesidad, toda persona puede y debe bautizar con la intención de hacer lo que hace la Iglesia.
– Es sujeto es toda persona humana que no haya recibido antes el bautismo.