
Érase una vez un caracol que quería ir a ver el agujero por donde sale el sol. Camina que caminarás el caracol fue arrastrándose siete días y siete noches sin detenerse para nada, muy ilusionado por llegar.
Y después de arrastrarse toda una semana, estaba tan fatigado y con tanto dolor de barriga que no podía seguir más, por lo que consideró apropiado buscar una hierbita de “poleo” para hacerse una sopita y recuperar fuerzas.
Encontró una planta de la hierba deseada, pero no pudo arrancarla. Por suerte llegó un escarabajo que al verle tan atareado le dijo:
– “¿Qué haces caracol?”
– “Quiero arrancar esta hierba de “poleo”, porque tengo dolor de barriga de tanto caminar por ver por dónde sale el sol.”
– “Como veo que tú sólo no puedes, te ayudaré.”
El escarabajo se agarró detrás del caracol y estira que estirarás… pero la hierba se resistía.
En éstas llegó una rana, salto a salto, y al ver a aquel par tan atareados les preguntó:
– “¿Qué hacéis aquí?”
– “Queremos arrancar esta hierba de “poleo”, puesto que el caracol ha cogido dolor de barriga cuando iba a ver por dónde sale el sol.”
– “Como veo que no podéis, os voy a ayudar.”
Y la rana comenzó a tirar del escarabajo, quien a su vez tiraba del caracol… pero la hierba se resistía.
Pasó por el lugar una ardilla, y al ver a aquel terceto tan atareado les preguntó:
– “¿Qué hacéis tan atareados?”
– “Queremos arrancar esta hierba de “poleo”, puesto que el caracol ha cogido dolor de vientre cuando iba a ver por dónde sale el sol.”
– “Como veo que no podéis, os voy a ayudar.”
Y la ardilla comenzó a tirar de la rana, ésta del escarabajo, quien a su vez tiraba del caracol… pero la hierba se resistía.
Fueron pasando, y así el conejo, el gato, el burrito y finalmente el buey.
Éste que iba a una boda, al ver aquella multitud reunida les preguntó:
– “¿Qué hacéis tan atareados?”
– “Queremos arrancar esta hierba, puesto que el caracol ha cogido dolor de vientre cuando iba a ver por dónde sale el sol.”
– “Como veo que no podéis, os voy a ayudar.”
Tanto tiraron que consiguieron arrancar la hierba preciada.
El caracol y todos los animales estuvieron muy contentos porque habían conseguido lo que pretendían. El caracol con la hierba preparó una infusión e invitó a todos a tomarla.