
Algunos justifican el aborto cuando el embarazo se ha producido por «error» y se preguntan: ¿para qué tener un hijo que no se desea? Sin embargo, los benjamines o los últimos nacidos de un matrimonio suelen ser los más mimados, a pesar de que la mayoría de ellos han sido los menos deseados.
El doctor Lenoski en un estudio con 500 niños maltratados, comparó el trato recibido por los niños deseados y los que no, concluyendo que el 90% de los niños maltratados habían nacido tras un embarazo consciente y planeado.
El poner como condición de un ser humano la de ser deseado o querido por alguien para poder tener derecho a la vida, es un concepto realmente pavoroso: por lógica se seguirá que aquel «no deseado» podrá ser eliminado.
Otros están a favor del aborto para evitar los llamados clandestinos, que se suelen realizar sin los medios sanitarios necesarios y con personal no preparado. Esto no suele ser verdad, ya que el aborto clandestino se ejecuta, salvo en muy pocos casos, en lugares adecuados y por personal técnicamente bien adiestrado.
Por otra parte, con la legalización del aborto, el número de los clandestinos no disminuye en la proporción anunciada por los promotores, sino que a veces, incluso aumenta.
(Pintura: Celebrando el nacimiento. STEEN, Jan. Mauristshuis. The Hague).