
Jesús les dijo esta parábola: Un hombre tenía dos hijos. El menor pidió su parte de la herencia y el padre le dio el dinero correspondiente. El joven se fue a tierras lejanas y allí gastó todos sus bienes. Se fue precisado a trabajar cuidando cerdos.
Arrepentido, decidió regresar a su casa. El padre le vio de lejos y corrió a su encuentro. Le perdonó y volvió a tenerle en casa. Y dijo al hermano mayor:
– Todo cuanto poseo es tuyo, pero debemos alegrarnos pues tu hermano estaba perdido y ha vuelto.