
Nacimiento de Jesús
Por aquellos días el emperador César Augusto mandó hacer una lista de todos los habitantes y San José y la Virgen fueron de Nazaret a Belén, andando unos 125 kilómetros. En Belén la Virgen dio a luz a Jesús en un establo pobre y lo recostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en las posadas ni en casa de los conocidos y parientes.
Había unos pastores en aquella comarca guardando su ganado y un ángel les dijo: «No temáis, porque yo os anuncio una gran alegría, que será para todo el pueblo: es que hoy os ha nacido en la ciudad de David el Salvador, que es el Cristo, el Señor, y esto os servirá de señal: encontraréis a un niño envuelto en pañales y reclinado en un pesebre.» (Lc 2,10-12). Fueron y adoraron a Jesús ofreciéndoles regalos.
Los Reyes Magos
En tiempos del rey Herodes llagaron unos Magos de Oriente a Jerusalén diciendo: «¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Porque vimos su estrella en el Oriente y hemos venido a adorarle.» (Mt 2, 2). La estrella iba delante de ellos hasta pararse sobre el sitio donde estaba el niño.
Entrando en la casa, vieron al niño con María, su madre, y le adoraron. Le ofrecieron oro, incienso y mirra. Estos reyes que se conocen con los nombres de Melchor, Gaspar y Baltasar regresaron a su país sin decir a Herodes dónde esta el niño.
Temiendo Herodes que Jesús le quitara la corona, mandó matar a todos los niños menores de dos años que había en Belén y su comarca. Se llaman los Santos Inocentes. Pero la Virgen y San José salvaron al niño porque, avisados por un ángel, se trasladaron a Egipto.