
El oído tiene dos misiones: recoger los sonidos del exterior y mantener el equilibrio. Sus partes son:
En el oído externo encontramos:
– El pabellón de la oreja.
– El conducto auditivo externo que acumula cerumen y hay unos pelillos que impiden la entrada de insectos y polvo.
– El tímpano, que es una membrana parecida a la de un tambor. Recoge la vibración provocada por las ondas sonoras.
En el oído medio tenemos:
– Cuatro huesecillos, llamados martillo, yunque, lenticular y estribo. Transmiten las vibraciones.
En el oído interno observamos:
– El caracol, con células que perciben el sonido.
– El nervio auditivo que transmite la información al cerebro.
– El laberinto, formado por canales semicirculares que controlan el equilibrio.