Lección de El placer 2

Lo normal es comer para vivir, pero sería absurdo y anormal hacer lo contrario, es decir, vivir para comer, buscando solamente el placer de la comida. Esto parece que hacían los romanos en la época de la decadencia del Imperio, que comían hasta hartarse y después vomitaban y expulsaban la comida para volver a empezar a comer y gozar del sabor de los alimentos. Pues igual que los romanos también hay actualmente jóvenes que buscan el placer sexual por sí mismo sin aceptar la finalidad que le ha asignado la naturaleza.

    Los órganos reproductivos del hombre y de la mujer en los que se produce el placer están maravillosamente adaptados para engendrar nuevos hijos. El placer nace de la actividad conjunta de los esposos que conduce al espasmo, a la eyaculación (expulsión del semen a través del pene) y a la inseminación en la vagina de la mujer.

    Ciertos procedimientos anticonceptivos restringen el placer y el acto conyugal no es plenamente benéfico para el marido y, sobre todo, para la mujer desde el punto de vista de la salud física.

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