
EL TESORO ESCONDIDO. Semejante es el Reino de los Cielos a un tesoro escondido en el campo, que cuando lo halla un hombre, lo esconde; y, por el gozo de ello, va y vende cuanto tiene, y compra aquel campo. (Mateo 13, 44)
LA PERLA PRECIOSA. Es semejante el Reino de los Cielos a un hombre negociante que busca buenas perlas, y habiendo hallando una de gran valor, fue y vendió cuanto tenía y la compró. (Mateo 13, 45-46)
LA RED DE PESCAR. Semejante es el Reino de los Cielos a una red echada al mar y que allega todo género de peces. Y cuando está llena, la sacan a la orilla, y, sentados allí, escogen los buenos y los meten en vasijas y echan fuera los malos. (Mateo 13, 47-48)
EL PADRE DE FAMILIA. Todo escriba instruido en el Reino de los Cielos es semejante a un padre de familia, que saca de su tesoro cosas nuevas y viejas. (Mateo 13, 52)
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La actitud del hombre es idéntica en ambas parábolas y está descrita con los mismos términos: «va y vende todo cuanto tiene y la compra»: el desprendimiento, la generosidad, es condición indispensable para alcanzarlo.
(Pintura: Sagrada Familia. ANTOLINEZ, José. Museo de Bellas Artes. Budapest)