
Aún estaba Él hablando a las multitudes, cuando su madre y sus hermanos estaban fuera intentando hablar con Él. Alguien le dijo entonces:
– Mira que tu madre y tus hermanos están fuera intentando hablarte. Pero Él respondió:
– ¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos? Y, extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo:
– He aquí mi madre y mis hermanos. Pues todo el que haga la voluntad de mi Padre que está en los Cielos, ése es mi hermano y mi hermana y mi madre. (Mateo 12, 46-50)
En general, todos los pertenecientes a una misma familia, clan, incluso tribu, eran «hermanos». El que hace la voluntad de su Padre Celestial es considerado por Jesús como de su propia familia.
(Pintura: San José con el Niño Jesús. RENI, Guido. Basílica dei Santi Giovanni e Paolo. Venecia)