
1. Mateo el publicano
El apóstol Mateo era publicano. Los publicanos recogían los tributos para los romanos, pero muy a menudo tomaban más dinero del que debieran y se lo guardaban en su bolsillo.
Eran mal vistos por los judíos, que los consideraban traidores y pecadores.
Un día vio Jesús a Mateo sentado en el banco del tribuno y le dijo:
– Sígueme.
Mateo lo abandonó todo y le siguió.
2. Banquete de Mateo
Mateo, que ahora ya era discípulo de Jesús, dio un banquete en honor de Jesús, al que acudió gran cantidad de publicanos y pecadores y comieron con él y con sus discípulos. Los fariseos (hombres que se creían sabios y buenos, y despreciaban a los demás) dijeron a los discípulos de Jesús: – ¿Por qué come con los pecadores?
Jesús lo oyó y respondió: – No tienen necesidad de médico los sanos sino los enfermos. Yo no he venido a curar a los buenos sino a los pecadores.
3. Elección de los apóstoles
Mateo y Simón Pedro no eran los únicos que siguieron a Jesús. Muchos otros se sintieron interesados de sus palabras y de sus milagros y se hicieron discípulos suyos.
Una noche Jesús subió a un monte y pasó la noche haciendo oración y hablando con su Padre.
Luego llamó a los discípulos y eligió a doce de entre ellos, a los que llamó Apóstoles.
Eran: Simón al que llamó Pedro, Andrés su hermano, Santiago y Juan hijos de Zebedeo, Felipe, Mateo, Bartolomé, Tomas, Santiago el de Alfeo, Tadeo, Simón el Celador y Judas Iscariote, que después le traicionó.
Los eligió para que estuviesen con Él y enviarles a predicar.