
Mateo y Simón Pedro no eran los únicos que siguieron a Jesús. Muchos otros se sintieron interesados de sus palabras y de sus milagros y se hicieron discípulos suyos.
Una noche Jesús subió a un monte y pasó la noche haciendo oración y hablando con su Padre.
Luego llamó a los discípulos y eligió a doce de entre ellos, a los que llamó Apóstoles.
Eran: Simón al que llamó Pedro, Andrés su hermano, Santiago y Juan hijos de Zebedeo, Felipe, Mateo, Bartolomé, Tomas, Santiago el de Alfeo, Tadeo, Simón el Celador y Judas Iscariote, que después le traicionó.
Los eligió para que estuviesen con Él y enviarles a predicar.