– Los valores interiores deben tener más importancia a la hora de elegir pareja que la belleza y el dinero. Si la novia es guapa, atractiva y elegante, pero caprichosa, sin voluntad, engreída, con poca disciplina y sin espíritu de sacrificio, no es buena candidata para el noviazgo. Con el paso del tiempo esos defectos saldrán a la luz y darán serios problemas a la convivencia diaria. Entre los valores interiores que habría que destacar tenemos la comprensión, el espíritu de sacrificio, el trabajo y la religiosidad.
Además, ambos novios han de tener serios deseos de mejorar en su maduración personal y en su adaptación al otro. Si la novia pide al chico que cambie su mal comportamiento y éste le responde que “siempre ha sido así y que tiene que aceptarlo como es”, ha llegado el momento de dar marcha atrás en la relación.
– El deseo de tener hijos es otro tema que hay que hablar en el noviazgo. Han de tener la disposición de tener los hijos que Dios quiera enviarles, aunque sea una familia numerosa. Después han de dedicar el tiempo necesario para cuidarlos, jugar con ellos y educarlos. Es positivo dedicar tiempo para hablar de los niños, ya sean sobrinos o hijos de los amigos, para conocerse en este aspecto importante.