
Cuando pasaron tres días, lo encontraron en el Templo en medio de los sabios; Jesús les hacía muchas preguntas y los escuchaba. Los sabios estaban asombrados de su sabiduría.
María dijo: – Hijo mío, ¿porqué nos has hecho esto? Tu padre y yo te hemos buscado por todos lados.
Jesús contestó: – ¿Por qué me habéis buscado? ¿No sabéis que debo ocuparme de los asuntos de mi Padre?