
Érase una gata
coja de una pata.
Érase una pata
con cinco pollitos.
Érase un gatico
travieso y llorón.
Érase un ratón.
También una trampa,
se acabó el ratón.
¿Y la pata?
¿Y el gatico?
Érase un león…
¡Uuuuuuuuyyyy, por Dios, no sigas!
¿Se los comió?
Velia Bosch