Observamos la belleza natural en las montañas, los árboles y los animales, es decir, en la naturaleza. La belleza artística es la producida por los hombres, como la música, la pintura y la literatura.
Distinguimos seis grados de belleza: lo bonito, lo cómico, lo gracioso, lo elegante, lo grandioso y lo trágico.
a) Lo bonito es la belleza de las cosas utilitarias, o la belleza en las cosas pequeñas. Ejemplo: es bonito un coche, una casa, una sortija o un reloj.
b) Lo cómico surge de la contemplación simpática de algo desproporcionado. Ejemplo: si vemos a un alcalde bailando con una silla, puede resultar simpático y cómico o antipático o ridículo.
c) Elegante es lo bello simple. Ejemplo: Un vestido con pocos adornos resulta atractivo.
d) Grandioso es la bello en cosas grandes. Ejemplos: una gran montaña, una pirámide de Egipto y una tempestad en el mar.
e) En lo trágico hay un contraste entre lo valioso pero débil con lo menos valioso, pero fuerte. Ejemplo: es trágico que las pasiones instintivas (lo inferior y potente) venzan a la razón y libertad (lo superior y débil). Es trágica la lucha del hombre débil contra el Destino poderoso.
Consecuencias
Todos los hombres han tenido el deseo de embellecer lo que les rodeaba. Los primitivos desarrollaron el arte rupestre y desde entonces han aparecido pintores, arquitectos, músicos, poetas y otros.
Todos desean tener cosas bonitas, como la casa, el coche, los vestidos, las joyas, etc. y ver y contemplar cosas hermosas en la tela, el cine y los museos. Por eso hemos de cultivar y perfeccionar el sentido estético.
El hombre se perfecciona buscando la verdad, realizando el bien y creando o recreándose en la belleza.
No todos han de ser artistas, pero todos podemos desarrollar y pulir el sentido estético y el gusto por las cosas hermosas.