La verdad general de la inducción incompleta se apoya en unas cuantas verdades particulares.
Por la ciencia conocemos una serie de hechos demostrados muchas veces.
Por ejemplo: el calor dilata los cuerpos; un cuerpo sumergido en un líquido o en un gas pierde de su peso una parte igual al peso del líquido que desaloja; que a mayor altura, menor presión atmosférica y que la penicilina aniquila a una serie de microbios.
Estas son inducciones incompletas, pero decimos que están suficientemente fundadas y tenemos confianza en su verdad, porque se han comprobado muchas veces.
Sabemos que las mismas causas siempre producen los mismos efectos. Por ello, las leyes de la Naturaleza son universales y constantes. Esta es la única garantía, el único fundamento de nuestras inducciones científicas.
Confiamos en que el calor dilata los cuerpos, la presión disminuye con la altura, etc. porque confiamos en el orden y constancia de la Naturaleza.