Mahoma comenzó la expansión territorial en la península Arábiga, pero las grandes conquistas las hicieron sus sucesores. Destacamos:
– EL CALIFATO PERFECTO formado por los cuatro primeros califas, sucesores directos de Mahoma. Conquistaron Siria, Mesopotamia, Asia Menor y Egipto.
– LA DINASTÍA OMEYA. Establecieron la capital del califato en Damasco viviendo de una forma suntuosa y olvidando la vida sencilla de los primeros califas. Avanzaron por el litoral norteafricano y conquistaron la península Ibérica. Desde Persia entraron en la India e invadieron China. Así lograron el mayor imperio que nunca había existido. Pero fueron derrotados en dos batallas: la de Poitiers, en Occidente y la de Akroinos, en Oriente.
-LA DINASTÍA ABBASIDA. Contra los omoyas se levantó Abul-Abbas y se apoderó del Imperio. Mató a todos los príncipes omeyas excepto a Abderramán que logró huir al Norte de África y saltar a la península Ibérica, donde fundó el Emirato Independiente.
Los abbasidas trasladaron la capital a Bagdag, en donde se vivió con lujo y costumbres degeneradas que provocaron la decadencia. Bagdag fue conquistada por los turcos y el Imperio fue dividido en cuatro Estados.