
Después que se marcharon, un ángel del Seños se apareció en sueños a José y le dijo: Levántate, toma al niño y a su madre, huye a Egipto y está allí hasta que yo te diga, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo. El se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y huyó a Egipto. Allí permaneció hasta que se cumpliera lo que dijo el Señor por medio del Profeta:
De Egipto llamé a mi hijo. (Mateo 2, 13-15)
—
José es un varón fiel. No pregunta por el tiempo de la vuelta, a pesar de que el ángel lo había dejado indeterminado, pues le había dicho: Y estate allí hasta que yo te diga.
Sin embargo, no por eso quedó paralizado, sino que obedece y cree y soporta todas las pruebas con alegría.
(Pintura: Huída a Egipto. MURILLO, Bartolomé Esteban. Museo de Bellas Artes. Budapest)