Lección de Institución de la Eucaristía

Y cuando estaban cenando tomó Jesús el pan, dio gracias, lo bendijo, lo partió y lo dio a sus discípulos diciendo:

   – Tomad y comed, ÉSTE ES MI CUERPO, que se da por vosotros; haced esto en memoria mía. Y asimismo, tomando el cáliz, dio gracias y se lo dio diciendo:

   -Bebed todos de él. Porque ÉSTA ES MI SANGRE del Nuevo Testamento, que será derramada por muchos para remisión de los pecados.

   En este momento Jesús instituye, además de la Eucaristía, el sacerdocio al dar la facultad de consagrar, con aquellas palabras: Haced esto en memoria mía. (Mateo 26, 26-29; Marcos 14, 22-25); Lucas 22, 19-20).


Este sacramento, que no solo tiene la virtud de santificar sino que contiene al propio Autor de la Santidad, fue instituido por Jesús para que fuera alimento espiritual del alma, a la que fortalece en su lucha por alcanzar la salvación. Además, como enseña la Iglesia, por él se nos perdonan los pecados veniales y se nos dan fuerzas par no caer en los pecados mortales: nos une con Dios de tal manera que es una prenda de gloria que alcanzaremos.

(Pintura: La Última Cena. SIGNORELLI, Luca. Museo Diocesano. Cortona).

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