Lección de La Anunciación

Después de muchos años, Dios cumplió la promesa. Un día envió el ángel Gabriel a la Virgen María, que vivía en Nazaret, diciéndole que había sido elegida para ser Madre de Dios. Le dijo: «Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo» (Lc 1, 28).

   María se asustó y el ángel la tranquilizó; «No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios: concebirás en tu seno  y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús» (Lc 1, 30-31)

   Entonces las Virgen aceptó y dijo: «He aquí la esclava del Señor, hágase en mi según tu palabra» (Lc 1, 38) y el ángel se retiró de su presencia.

   Por obra del Espíritu Santo, la Virgen empezó a tener dentro de su cuerpo al Hijo de Dios, que nacería nueve meses más tarde en el portal de Belén.

   De esta forma se hizo hombre la segunda Persona de la Santísima Trinidad que es el Hijo para redimirnos del pecado y darnos ejemplo de vida.

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