
Normalmente a todos les cuesta hacerse mayores y esto se puede considerar como una crisis natural o de edad, que conlleva un planteamiento de la nueva forma de vivir.
Pero puede ocurrir que no se acepten las limitaciones propias de la edad y se produzca una rebelión. A esta actitud negativa la podemos llamar crisis patológica. Cuando esta crisis la padece uno de los cónyuges la puede contagiar al otro y producir un deterioro en la relación conyugal.
La crisis de edad se presenta en todos los matrimonios. Unos la superan y se apoyan en ella creciendo en comunicación y en amor; otros caen bajo su peso. Depende de la actitud que tomen ante las nuevas circunstancias.
Es necesario aprender a envejecer juntos, a aceptar las enfermedades, el cansancio, la marcha de los hijos de casa y otros inconvenientes.
Cuando se afrontan juntos los problemas de la edad, con actitud positiva, los esposos tienen la oportunidad de mejorar el amor de entrega continuado y seguir queriéndose en serio.
(Pintura: Estudiante en su estudio. HEEM, Jan Davidsz. Mauritshuis. The Hague).