Lección de La elección de la pareja 2

Para acertar en la elección de consorte no hay que dejarse llevar por las primeras impresiones ni confundir la amistad y camaradería con el amor. Habrá que tener en cuenta los diversos factores que pueden favorecer o dificultar la vida matrimonial.

   El punto de partida para la elección es tener un modelo que agrade y en este modelo entra la belleza, la bondad, la inteligencia, la simpatía, el dinero y otras cosas. Pero en la sociedad actual, tan complicada y neurotizada, a veces no se tiene en cuenta este modelo personal al que todo joven aspira, sino que las relaciones entre chico y chica buscan el placer desde el primer momento y este descuido provoca el deterioro de la relación.

   No es prudente dejarse cegar por la belleza. Una cara y un cuerpo bonito son aspectos apreciables, pero eso no dura siempre. El cuerpo se hace pesado y pierde su gracia. Los rasgos corporales pierden su belleza inicial y el color se marchita. Lo que dura son las cualidades personales como la franqueza, el buen humor, la generosidad y otras.

Volver a: La elección de la pareja