Es prudente elegir a otra persona que haya recibido más o menos la misma educación.
Si el uno y el otro han tenido una formación similar, los gustos, las costumbres y modos de pensar “cuadrarán” mucho más fácilmente. Se podrán soportar mejor los roces y los choques que pueden venir no sólo de los novios sino de sus familias. “Casi todos los estudios psicológicos actuales indican que es crucial encontrar un cónyuge que se parezca mucho a ti. Si es muy distinto, puede existir una atracción inicial, pero los matrimonios más duraderos y gratificantes suelen ser aquellos en los que la pareja es muy parecida.” (1)
El noviazgo es un tiempo para conocerse en cuento al carácter, los gustos, ideales, religiosidad y modos de llevar a cabo el proyecto de vida en común. Es una excelente escuela de formación de la voluntad que combata el egoísmo, controle las pasiones, fomente la generosidad y el respeto, estimule la reflexión y el sentido de la responsabilidad. Son necesarias muchas horas de diálogo para poder descubrir la personalidad del otro y de esta forma se entrenan los novios para limar asperezas, ceder en sus caprichos, sacrificarse el uno por el otro y alcanzar las metas más altas de su amor.
(1) Neil Clark Warren, Finding The love of Your Life, New Cork, Simon and Schuster, 1992.