
En la especie humana la fecundación es interna, realizándose en el interior del cuerpo de la mujer. Los espermatozoides suben por la vagina y el útero buscando el óvulo. Muchos espermatozoides intentan atravesar la membrana del óvulo.
Cuando uno lo consigue, la membrana del óvulo se endurece para que no pueda entrar ningún otro. Cuando se unen los dos núcleos se origina el cigoto o célula-huevo.
El cigoto se fija en la pared del útero y se inicia la gestación que durará nueve meses. Cuando el cigoto adquiere forma humana se llama feto.
En el momento de la unión del espermatozoide y el óvulo se origina un nuevo ser que continúa en el cuerpo de la madre pero es una persona distinta.

Cuando pasan los nueve meses de gestación o embarazo, el feto sale al exterior por la vagina de la madre. Es el parto.
Se le corta el cordón umbilical cuya sangre contiene propiedades medicinales muy beneficiosas.
El ombligo es lo que nos queda del cordón umbilical.
Una vez el niño ya ha nacido puede respirar y alimentarse por su boca. El recién nacido se alimenta mamando la leche de su madre o con el biberón. Hay una gran alegría en la familia.