
El utilitarismo en la vida conyugal genera egoísmo compartido y la relación se reduce aun uso recíproco del hombre y de la mujer. Es un amor sin exigencia, y por lo tanto falso y sin belleza.
Por el contrario, un principio de la vida conyugal sería: cada cónyuge está más pendiente de la vida del ser amado que de la propia. Se olvida de sí mismo, de sus gustos y necesidades, para centrarse en el otro y adaptarse a él, sin reparar en el esfuerzo que ello pueda suponer.
(Pintura: Mujer leyendo la Biblia. DOU, Gerrit. Museo Rijks. Amsterdam)