
Una gallinita roja encontró un grano de trigo.
– ¿Quién plantará este trigo? -dijo.
– Yo no -dijo el perro.
– Yo no -dijo el gato
– Yo no -dijo el puerco.
– Yo no -dijo el pavo.
– Entonces lo haré yo -cloqueó la gallinita.
Y así plantó el grano de trigo. Muy pronto el trigo creció y hojas verdes brotaron del suelo. El sol brilló, la lluvia cayó y el trigo siguió creciendo hasta que estuvo alto, fuerte y maduro.
-¿Quién cosechará este trigo? -preguntó la gallinita.
– Yo no -dijo el perro.
– Yo no -dijo el gato
– Yo no -dijo el puerco.
– Yo no -dijo el pavo.
– Entonces lo haré yo -cloqueó la gallinita.
Y así cosechó el trigo.
-¿Quién trillará este trigo? -preguntó la gallinita.
– Yo no -dijo el perro.
– Yo no -dijo el gato.
– Yo no -dijo el puerco.
– Yo no -dijo el pavo.
– Entonces lo haré yo -cloqueó la gallinita.
Y así trilló el trigo.
– ¿Quién llevará este trigo al molino para hacerlo moler? -preguntó la gallinita.
– Yo no -dijo el perro.
– Yo no -dijo el gato.
– Yo no -dijo el puerco.
– Yo no -dijo el pavo.
– Entonces lo haré yo -cloqueó la gallinita.
Y así llevó el trigo al molino, y al poco tiempo regresó con la harina.
-¿Quién amasará esta harina? -preguntó la gallinita.
– Yo no -dijo el perro.
– Yo no -dijo el gato.
– Yo no -dijo el puerco.
– Yo no -dijo el pavo.
– Entonces lo haré yo -cloqueó la gallinita.
Y así amasó la harina y cocinó una hogaza.
-¿Quién comerá este pan? -preguntó la gallinita.
– Yo -dijo el perro.
– Yo -dijo el gato.
– Yo -dijo el puerco.
– Yo -dijo el pavo.
– No, lo haré yo -cloqueó la gallinita.
Y se comió la hogaza.
Penryhn W. Coussens.