
La oración es hablar con Dios. Cuando oréis no seáis como los hipócritas que oran o hacen oración de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas para ser vistos por los hombres. En verdad os digo: ya recibieron su recompensa. Pero tú, cuando hagas oración entra en tu cuarto y cerrada la puerta habla a tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. Y cuando oréis no habléis mucho, como hacen los gentiles, que piensan que por mucho hablar serán más oídos. No queráis ser como ellos, porque vuestro Padre sabe los que necesitáis antes de pedírselo. (Mateo 6, 5-8)