
Cuando Jesús terminó de hablar le pidió a Pedro que se adentrarse en el mar y echara las redes.
Simón Pedro hizo un gesto de extrañeza.
– Toda la noche hemos estado trabajando sin pescar nada, pero si tú lo dices, echaré la red.
Así lo hizo y cogió tantos peces que la red casi se rompía.
Entonces Simón hizo señas a sus compañeros de la otra barca para que viniesen a ayudarlo.
Vinieron y llenaron las dos barcas de tal manera que casi se hundían.