
Jesús predica desde la barca
Un día estaba Jesús en la orilla del lago Tiberíades: había mucha gente con él para escucharle.
Vio dos barcas en la orilla del lago. Los pescadores se habían bajado y limpiaban las redes.
Jesús subió a la barca de Pedro y desde allí enseñaba a la gente.
La pesca milagrosa
Cuando Jesús terminó de hablar le pidió a Pedro que se adentrarse en el mar y echara las redes.
Simón Pedro hizo un gesto de extrañeza.
– Toda la noche hemos estado trabajando sin pescar nada, pero si tú lo dices, echaré la red.
Así lo hizo y cogió tantos peces que la red casi se rompía.
Entonces Simón hizo señas a sus compañeros de la otra barca para que viniesen a ayudarlo.
Vinieron y llenaron las dos barcas de tal manera que casi se hundían.


Simón se arrepiente
Cuando Simón Pedro comprendió
el milagro que había ocurrido, se arrojó a los pies del Señor y le dijo:
– Aléjate de mi, Señor, que soy un pecador.
Jesús le reprendió:
– No te preocupes, desde ahora serás pescador de hombres.
Entonces Simón y sus compañeros, sacando las barcas de la orilla, siguieron a Jesús.