Lección de La piscina probática

Volvió Jesus a Jerusalén, donde se celebraba una fiesta de los judíos.

   Había en la ciudad junto a la puerta Probática una piscina, que tenía cinco pórticos.

   Acudían muchos enfermos, ciegos, cojos y mancos, que esperaban sanar por el movimiento del agua.

    Porque un ángel del Señor descendía de tiempo en  tiempo a la piscina y removía el agua.

    Y el primero que entraba en la piscina, después de esto, quedaba sano.

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