La resurrección de Jesus
El primer día de la semana (actualmente el domingo) de madrugada, las mujeres fueron a la tumba llevando perfumes para el cuerpo de Jesús. Al llegar, encontraron la piedra retirada. La entrada estaba libre. Pasaron y no encontraron el cuerpo del Señor. Tuvieron miedo y no supieron qué hacer. En aquel momento vieron a dos hombres vestidos de blanco que le dijeron:
– ¿Por qué buscáis entre los muertos al que está vivo? No está aquí. Ha resucitado. Acordaos de lo que os dijo cuando estaba en Galilea. Entonces recordaron sus palabras. Salieron de la tumba y contaron todo esto a los once discípulos y muchas más personas. Pero no creyeron a las mujeres y sus palabras les parecieron pura imaginación.


Aparición a los discípulos
El mismo día que Jesús resucitó, los discípulos estaban reunidos en una casa de Jerusalén. Tenían mucho miedo y habían cerrado todas las puertas de la casa. Entonces llegó Jesús y se puso entre ellos y les dijo:
– La paz esté con vosotros. No tengáis miedo. Soy yo. Después les mostró sus manos, sus pies y su costado. Los discípulos se pusieron muy contentos al ver de nuevo al Seños. Jesús les dijo:
– ¡Que la paz esté con vosotros! Como mi Padre me ha enviado, yo también os envío. Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo:
– Recibir el Espíritu Santo. A los que perdonéis los pecados, les serán perdonados; los que condenéis, serán condenados.
Los discípulos de Emaús
Aquel día, dos discípulos iban a un pueblo llamado Emaús. Un desconocido se acercó a ellos y les dijo:
– ¿Por qué estáis tan tristes? Le contaron lo que había sucedido en Jerusalén: la muerte de Jesús en la cruz, sus dudas y sus miedos. El desconocido les dijo:
– Necios, ¿acaso no habían dicho los profetas que el Cristo debía sufrir de esta manera antes de entrar en la gloria?Cuando llegaron a Emaús, el forastero hizo ademán de proseguir y los dos le invitaron, a quedarse con ellos, porque se hacía tarde. El desconocido fue con ellos y cuando se puso a la mesa tomó el pan, lo bendijo y se lo dio a los compañeros del camino. Entonces lo reconocieron pero Jesús desapareció de sus ojos. Se levantaron, volvieron a Jerusalén junto a los discípulos y dijeron:
– ¡Jesús ha resucitado! Lo hemos reconocido en el modo de partir el pan.
