La Resurrección
Después de morir Jesús en la cruz, los discípulos lo pusieron en un sepulcro y lo cerraron con una gran piedra.
El domingo por la mañana, María Magdalena y otras mujeres fueron con perfumes al sepulcro y encontraron la puerta abierta. El sepulcro estaba vacío y un ángel les dijo: «No tengáis miedo; buscáis a Jesús Nazareno, el crucificado. Ha resucitado, no está aquí.» (Mc 16,6). Su cuerpo y su alma se unieron de nuevo.

Jesús se apareció a varias personas: a María Magdalena, a las santas mujeres, a Pedro, a los Apóstoles, a los discípulos de Emaús y la primera a su Madre, la Virgen. Con su poder había vencido a la muerte porque es Dios.
La resurrección de Cristo es fundamento de la religión cristiana; es el argumento principal de su divinidad y de la verdad de nuestra fe.

La Ascensión
A los cuarenta días de la Resurrección, fue Jesús con sus discípulos «cerca de Betania y levantando los ojos los bendijo. Y sucedió que, mientras los bendecía, se alejó de ellos y se elevaba al cielo. Y ellos le adoraron y regresaron a Jerusalén con gran gozo.» (Lc 50, 50-52).
Ahora el Señor está en el cielo sentado a la derecha de Dios.
Subió al cielo para prepararnos nuestro puesto en la gloria y para enviar el Espíritu Santo a su Iglesia.
Cada domingo vamos los cristianos a Misa para celebrar la Muerte y Resurrección de Jesucristo.