Lección de La sandía

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I

Cual si de pronto se entreabriera el día,

despidiendo una intensa llamarada,

por el acero fúlgido rasgada

mostró su carne roja la sandía.

II

Carmín incandescente parecía

la larga y deslumbrante cuchillada,

como boca encendida y desatada

en frescos borbotones de alegría.

III

Tajada tras tajada señalando

las fue el hábil cuchillo separando,

vivas a la ilusión como ningunas.

Las separó la mano de repente,

y de improviso decoró la fuente

un círculo de rojas medias lunas.

Salvador Rueda.

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