Lección de La tentación en el desierto

   Por Gabriel Marañon Baigorrí

    Jesús, lleno del Espíritu Santo, se volvió del Jordán, y fue llevado por el Espíritu al desierto y tentado allí por el diablo durante cuarenta días, y, pasados, tuvo hambre. Díjole el diablo: «Si eres Hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan». Jesús le respondió: «No sólo de pan vive el hombre».

    Llevándole a una altura, le mostró desde allí, en un instante, todos los reinos del mundo, y le dijo el diablo: «Todo este poder y su gloria te daré, pues a mi me ha sido entregado, y a quien quiero se lo doy; si, pues, te postras delante de mí, todo será tuyo». Jesús, respondiendo, le dijo: «Escrito está: Al Señor tu Dios adorarás y a El sólo servirás». Le condujo luego a Jerusalén y le puso sobre el pináculo del templo, y le dijo: «Si eres Hijo de Dios, échate de aquí abajo; porque escrito está: A sus ángeles ha mandado sobre ti que te guarden y te tomen en las manos para que no tropiece tu pie contra las piedras». Respondiendo, díjole Jesús: «Dicho está: No tentarás al Señor tu Dios». Acabado todo género de tentaciones, el diablo se retiró de El hasta el tiempo determinado. (Lucas, 4.) Y llegaron ángeles y le servían. (Mateo, 4.)

Con la autorización de:   www.encuentra.com


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