
El que conoce bien la vida de Nuestro Señor Jesucristo sabe que toda ella fue una continua enseñanza: su ocultamiento, su obediencia, su trabajo, sus milagros, su oración, su amor por los hombres, su predilección por los más pequeños y los pobres, la aceptación total del sacrificio en la cruz para la salvación del mundo, todo cuanto hizo.
2. El nacimiento de Jesús en Belén
Como habían predicho los profetas, Jesús nació en Belén de Judá después de siglos de preparación. Dios enviaba a su Hijo, nacido hombre de las entrañas purísimas de la Santísima Virgen, para salvar a todos y mostrarnos el camino que conduce al cielo. Nació en un establo humilde, de una familia pobre, dándose a conocer a unos sencillos pastores que fueron los primeros en adorarle. Son lecciones de humildad, de pobreza, de sencillez…, que todos los cristianos hemos de aprender y seguir.
El gran acontecimiento de la Navidad
El evangelio cuenta el nacimiento de Jesucristo, el Hijo de dios hecho hombre, con esta sencillez: «Aconteció en aquellos días que salió un edicto de César Augusto para que se empadronase todo el mundo (…) José subió de Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por ser él de la casa y de la familia de de David, para empadronarse con María, su esposa, que estaba encinta. Estando allí, se cumplieron los días de su parto, y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, por no haber sitio para ellos en el mesón» (Lucas 1,1-7). Cada año, el 25 de diciembre, celebramos la Navidad y los acontecimientos relacionados con ella: la Sagrada Familia (domingo después de Navidad), la Solemnidad de Santa María Madre de Dios (1 de enero) y la Epifanía del Señor (6 de enero).