Lección de La vida eterna

En el Credo decimos que creemos en «la vida eterna», es decir, que después de la vida presente hay otra vida que no tiene fin. No se terminará nunca. San Josemaría Escrivá decía que «lo que hemos de pretender es ir al cielo. Si no, nada vale la pena.»

   El cielo consiste en ver, amar y gozar de Dios eternamente. Es algo tan grande, que aunque nos pusiéramos a soñar, nunca llegaríamos a imaginar lo grande, bonito y feliz que es. Sólo habrá gozo y alegría con Dios, La Virgen, los Santos y muchos fieles que hemos conocido en la tierra.

   El purgatorio es el estado en el que están los que mueren en gracia de Dios, pero necesitan purificar sus pecados veniales y otras reliquias pendientes. Hemos de ofrecer Misas, oraciones y sacrificios por las almas del purgatorio para que vayan pronto al cielo.

   Al infierno van los que mueren en pecado mortal y nunca se termina de sufrir porque es eterno.

Volver a: 17. La Resurrección de la carne